Viajar en familia siempre será una aventura inolvidable para los niños, ya que son momentos en que pueden compartir tiempo con sus papis y dejar a un lado la rutina para dedicarse a disfrutar, ver cosas nuevas y aprender de la experiencia. Y si a eso le añades un destino interesante, tus hijos guardarán recuerdos que atesorarán el resto de sus vidas. Si estás buscando tener unas vacaciones que se aparten de los típicos destinos playeros y el turismo masivo, en este post te damos cinco opciones de ciudades europeas para viajar con tus hijos pequeños:
Dublín
Para las familias que buscan vacaciones en una ciudad pequeña con encanto, Dublín puede ser una buena opción ya que además de ser famosa por sus pubs, cuenta con bibliotecas impresionantes y castillos legendarios en dónde los niños pueden disfrutar y aprender sobre la vida medieval. Además, la oferta cultural de esta ciudad tiene varios museos que ofrecen actividades para toda la familia, como el Little Museum of Dublin, El Museo Leprechaun que invita a conocer los mitos y leyendas de los irlandeses, o el famoso museo de los vikingos Dublina, un espacio interactivo dónde los niños pueden aprender todo sobre la cultura vikinga, o el centro cultural The Ark que ofrece talleres creativos, actuaciones de teatro y exposiciones.
Pero Dublín es más que ciudad, ya que en ella abundan los parques públicos para que los niños puedan respirar aire limpio y disfrutar de zonas de juegos. El St Stephen’s Green es una visita obligatoria, ya que cuenta con preciosas zonas verdes donde hacer picnic y deleitarse con las vistas a los lagos con sus patos y cisnes. Y para pasar todo el día, esta el Phoenix Park, el parque público cerrado más grande de Europa, en el cual se encuentra el Dublín Zoo en dónde los niños pueden ver jirafas, elefantes, tigres y muchos otros animales exóticos.
Y para estancias más largas, desde Dublín hay excursiones a sitios cercanos que vale la pena visitar como el castillo de Malahide, el pueblo pesquero de Howth, o el condado de Wicklow, una zona llena de montañas y lagos dónde también se encuentra el impresionante conjunto monástico Glendalough.
Copenhague
Elegir un destino familiar que guste tanto a grandes como a pequeños puede llegar a ser complicado, pero Copenhague te lo pone bastante fácil ya que tiene mucho que ofrecer. Como todos los países nórdicos, Dinamarca es un referente respecto a la conciencia e integración social de los más pequeños, así que pasear por las calles de su capital resultará muy fácil y divertido para todos.
Para empezar, Copenhague tiene dos famosos parques de atracciones. Uno es el El Tívoli, el segundo más antiguo del mundo que además de atracciones, ofrece espectáculos pirotécnicos y conciertos al aire libre entre los meses de abril y septiembre y durante noviembre y diciembre un mercado de Navidad que atrae a miles de visitantes cada año. Y el otro es el parque temático de Legoland que, aunque no se encuentra en Copenhague sino en Billund, se puede ir en coche o incluso alojarse en su propio hotel para vivir una experiencia única.
Esta ciudad danesa también tiene muchos sitios para despertar la curiosidad de los más pequeños como el observatorio astronómico La Torre Redonda, el Zoo de Copenhague, o el Blue Planet, un acuario con un diseño arquitectónico impresionante y 20,000 especies acuáticas. También está el Museo de geología y el increíble jardín botánico de la universidad de Copenhague, y para los pequeños literarios está la Hans Christian Andersen Fairytale House donde se pueden ver exposiciones que dan vida a los famosos cuentos de este autor danés con efectos de luz y sonido. Y si esto no es suficiente también tienes el Cirkusmuseet, un museo dedicado al circo y Experimentarium, una especie de museo dedicado a la ciencia y tecnología con decenas de actividades y talleres para niños.
Pero además de cultura y diversión, en Copenahague puedes darte un paseo en barco por el canal, descansar en sus muchos jardines y parques públicos, o simplemente pasear por sus calles y admirar sus palacios, monumentos y castillos.
Budapest
Puede que Budapest no aparezca en las listas de los principales destinos turísticos, pero la llamada perla del Danubio es una de esas joyas que cada año cobra más notoriedad. En pleno centro de Europa, es una ciudad que conquista a público de todas las edades por sus castillos, puentes y rincones llenos de historia.
Pasear por las calles, visitar el Parlamento y contemplar la arquitectura de esta ciudad desde el Puente de las Cadenas que une a Buda y Pest, resultará fascinante. Asimismo, al cruzar el puente está El Castillo de Buda edificado hace 7 siglos y que actualmente aloja la Galería Nacional de Hungría, el Museo de Historia de Budapest y la Biblioteca Nacional Szcéchenyi.
Y para no perderse, literalmente hablando, esta su famoso laberinto de Buda, un recorrido de túneles y cuevas subterráneas formado por la erosión y en el que se pueden ver pinturas rupestres, fuentes, columnas y estatuas que será un deleite interesante para toda la familia.
Uno de los imprescindibles de Budapest con niños, es su Miniversum, un museo con 14 ciudades, 600 edificios y miles de figuritas en miniatura, en el que se puede jugar e interactuar. También está el Gyermekvasút o tren de los niños que recorre un trayecto de 11km por las bellas colinas de Budapest y aunque un adulto es quien opera realmente el tren, los niños tienen protagonismo en diversas funciones como el despacho de boletos, control del pasaje, o venta a bordo.
También puedes navegar por el Danubio a bordo del Legend, visitar la pequeña isla Margarita en dónde encontrareis las ruinas del Convento de Santa Margarita, preciosos jardines, zona de juegos y hasta un pequeño zoo con animales muy curiosos. Y si queréis relajaros con agua, tenéis dos buenas opciones, podéis visitar uno de los principales complejos termales de Europa, el balenario Széchenyi con 3 impresionantes piscinas al aire libre y 12 pequeñas en los recintos del interior en dónde además hay saunas y salas de masajes bajo una arquitectura extravagante. Y para aguas no termales esta el Aquaworld que cuenta con varias piscinas tanto exteriores como interiores e incluso una con olas, toboganes acuáticos y zona infantil.
Como veis hay muchas opciones para diferentes gustos y variados presupuestos para pasar unas vacaciones inolvidables con niños… ¿ya tienes las maletas preparadas?